En 1966, Saba resultó adjudicataria de cinco aparcamientos subterráneos, lo que podría llamarse la “primera concesión” de Barcelona, ubicados en la columna vertebral del comercio en el centro de la ciudad. Representaban unas 4.000 plazas. Hacía poco que la Sociedad de Aparcamientos de Barcelona, S.A. había sido constituida por un grupo de empresarios y financieros de la ciudad vinculados a compañías del sector de la banca y de la construcción, con el fin de construir y explotar aparcamientos subterráneos.
El nacimiento de la compañía que es hoy Saba coincidió en el tiempo con la voluntad del Ayuntamiento de Barcelona de estudiar e implantar políticas para racionalizar el tráfico en la ciudad teniendo en cuenta el crecimiento del parque móvil y la falta de estacionamientos fuera de la vía pública. El aparcamiento apareció como medida correctiva para atajar el creciente desorden circulatorio existente, convirtiéndose en una medida destinada a ordenar y regular el tráfico. Barcelona contaba entonces con 1.745.000 habitantes y un parque móvil de 280.000 vehículos.
En las siguientes décadas, Saba exploró oportunidades más allá de Barcelona, consolidando su estructura interna, su dirección y equipo humano, y eforzando su perfil industrial. El crecimiento y la internacionalización se acompañaron progresivamente de los atributos que caracterizan la compañía de referencia que es Saba: la innovación, la excelencia en el servicio al cliente, la gestión medioambiental o la implicación con los proyectos, entre otros.
50 años después de aquella primera concesión de Barcelona, la reconversión de Saba es equivalente a la experimentada por las ciudades: 50 años de transformación de las ciudades son 50 años de permanente desarrollo para Saba, de reformulación comercial y tecnológica y de consolidación de un proyecto a largo plazo orientado a la calidad de servicio y a la movilidad sostenible como ejes de actuación.
Una compañía en cuyo ADN la concesión, la colaboración público-privada y la vinculación con el territorio en el que opera constituyen su naturaleza y le permiten establecer el diálogo adecuado con los diferentes actores con los que coopera –Administraciones, Instituciones, personas– para captar sus necesidades e implantar y desarrollar fórmulas de progreso, gracias a un equipo humano comprometido.
Saba continuará su camino hacia la sostenibilidad, la responsabilidad empresarial y el pleno convencimiento de ser partícipe en el progreso de la sociedad y de las ciudades con las que ha interactuado desde 1966.
